“La noche asusta a los amantes de los amaneceres”, siempre me consideré amante de los amaneceres, por las noches uno se siente solo, el silencio abruma y los pensamientos me inundad.
Siempre esperaba con ansias las mañanas para volver a oír su voz, ver su sonrisa y volver a vivir, por la noche solo oía su monótono respirar y no mentiré que admirar su cuerpo pacifico me daba paz, pero me hacía sentirlo ajeno, distante, me hacía sentir sola y recordar historias que para mi corazón abrían heridas que jamás se suturaron.
Siempre me consideré amante de los amaneceres, porque es ahí donde podía encontrarme con el y tomar café, robar el primer beso y sonreír.
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