viernes, 18 de agosto de 2017

Ausencia de invierno a primavera

En tu ausencia permanecí, viví pero no disfrutaba,
veía el cielo pero no obserbaba,
ponía mi música favorita pero no escuchaba,
hablaba pero no comunicaba,
tocaba texturas y cálidas pieles pero no sentía.


Era un cuerpo viviente con el alma durmiente,
mientras bebía té todo se fue por corriente,
si algún día palpitó mi corazón,
una mañana humeda y obscura dormitó
cual invierno frío en Alasca, 6 meses duró.


Pero volviste a mi ventana cual gorrión azul,
con ronrisa tierna cual tela de tul,
los ojos humedos como rio de montaña
miraron los mios para encontrar mi alma ermitaña.


Alguien más veló tu sueño en el amanecer
aquella noche de al amor ensordecer,
ella con los labios carmin y sombra amarilla,
su falso cabello rojo y tu mano en su barbilla.


Aquella noche mi almohada fue mi compañía,
pero no tarde en encontrar que me refrescaría,
sus ojos marrones con toque de miel,
ahí es donde el café apagó mi hiel.







No hay comentarios:

Publicar un comentario