jueves, 26 de abril de 2018

Musa

El arte viene acompañado de un amor apasionado, puede o no, ser correspondido.
Ese amor no forzosamente es hacia una persona, puede ser a la naturaleza, la vida o el mismo arte.
Yo sé que todas queremos ser musas de poetas, escritores, escultores y músicos...¡ay! éstos últimos son mi debilidad, las melodías seducen mis oídos y hacen bailar a mis poros. Yo conocí a un guitarrista, caminaba sobre San Fernando, su mirada gris era caos, su cabello historia de amor y sus manos atardeceres cálidos, ¿quién no caería ante tales encantos? mis oídos como rosas en primavera abrieron sus pétalos para él, pero el amor que un artista te da es pasional y efímero.
Recordar la lluvia y el café ya son solo un vago recuerdo, pero que recuerdo..., no terminaba solo en el café. 


Las mañanas siempre inundadas de música, mis madrugadas de poesía cálida. El arte jamás viene solo, el amor y la complicidad pasional, siempre vienen incluidos, ser la musa no es tarea fácil, pero sin duda placentero. 

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